Viajar supone, como vosotros ya sabéis, llenarte de experiencias, aventuras, anécdotas, emociones…pero sin duda este viaje superaba todo esto y más.

Todo empezó una mañana cuando al levantarme, sin ir más lejos, en la mesita de noche tenía un bonito regalo: “un viaje sorpresa”. Sin duda, una muy buena forma de empezar el día. Aunque todavía no era consciente de lo que esta sorpresa podía llevar.

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Ese regalo estaba acompañado de unas pequeñas instrucciones, digo pequeñas porque solo ponía que el viaje era ese fin de semana y unas cuantas cosas que debía poner en la maleta. Pero…¿y el destino? El destino seguía siendo toda una incógnita para mí.

Estuve toda la semana haciendo preguntas como qué tipo de ropa tenía que llevarme, si íbamos a ir en avión, cuánto tiempo de viaje era…todo para intentar averiguar cuál era el destino. Pero nada, llegó el momento de hacer la maleta y yo seguía sin saber dónde iba a ir. Así que, hice caso a esas pequeñas instrucciones que me habían dado y lo dejé todo preparado para el día siguiente.

Tuvimos que madrugar bastante, a las 6 de la mañana ya estábamos en el aeropuerto. Enrique decidió ponerme unos auriculares para que no escuchara nada y taparme los ojos para que no pudiese ver la puerta de embarque. Tengo que deciros que yo cada vez estaba más nerviosa, seguía sin saber dónde me llevaba. Era una mezcla de dudas, nervios y emociones.

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Si, la verdad es que todo esto era muy bonito. Sin embargo, lo que estaba por llegar aún iba a ser más emocionante.

Ya estábamos en el avión, sentados en los asientos de salida de emergencia. Cuando las azafatas ya habían pasado con el carrito de bebidas y snacks, Enrique me dijo que se iba al baño. Yo pensé, desde luego no puede estar sentado ni un momento. Al volver me dijo que iba a grabarme mientras me hacía unas cuantas preguntas para el blog. ¡Qué ignorante era yo!

Entonces las palabras de Enrique fueron: Sé que no es el sitio más bonito ni el más romántico pero sabes lo que significan los aviones para mí y por eso quería preguntarte aquí, ¿QUIERES CASARTE CONMIGO? Yo no me lo podía creer, solo era capaz de decir ¿enserio? ¿aquí? ¡estás loco! Mientras Enrique sacaba de su bolsillo un anillo, como podréis imaginar, enseguida mi respuesta fue un ¡¡¡SIIII QUIERO!!! Sonó la canción «Just the way you are» de Bruno Mars en el avión, me trajo un ramo de flores precioso y con una botellita de cava brindamos. ¡VIVA LOS NOVIOS!

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Por supuesto dar las gracias a la compañía Air Nostrum que se portaron fenomenal, las azafatas compinchadas para que todo saliera perfecto, la música, el ramo de flores…todo estaba bajo control. El capitán nos felicitó y nos dio la enhorabuena al llegar al destino.

¡Por cierto! Con la emoción se me olvidaba contaros que el destino sorpresa fue Sevilla. Fue un viaje perfecto, disfrutamos mucho de los días por allí, fue tan bonito…

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Así que como veis, nunca sabes lo que puedes esperar de un viaje. Un viaje siempre te sorprende.

Si queréis ver el video de cómo se preparó la sorpresa y como fue dejadnos un comentario aquí bajo y si vemos que os gustaría verlo lo colgaremos en Youtube.

Lo prometido es deuda, como hemos visto que queréis verlo os dejamos aquí el video para que veáis como las letras escritas por Monica se pasan a formato video, ¡muchísimas gracias por el interés y por las felicitaciones!